Consejos para dormir mejor

Publicado: 12 Marzo 2021

mesilla de noche negro mate

Cada vez son más las personas que tienen dificultad para conciliar el sueño o hacerlo de una manera continua. Son muchos los motivos por los que miles de mujeres y hombres sufren este mal. Nuestro día a día está lleno de estrés, prisas, malos hábitos, falta de ejercicio o problemas sociales que contribuyen y mucho a que no descansemos de la manera adecuada.

En este nuevo artículo vamos a dar un repaso a alguno de los consejos más útiles para poder disfrutar de unas horas de recuperación adecuadas. ¡Vamos con ellos!



Principales motivos por los que dormimos mal

El momento de la conciliación del sueño requiere que estemos en un estado físico y mental relajado. Esto, a veces sucede por el mero hecho de estar cansados y nos sume en un estado de somnolencia de manera rápida. Pero por lo general, las personas que sufren insomnio se mantienen alerta cuando se tumban en la cama.

Hay algunos motivos que provocan esto. Uno es el estrés. Vivimos en una sociedad muy competitiva y tanto el ambiente laboral como el social, suele traer de la mano situaciones que nos desbordan. Las preocupaciones nos acompañan durante toda la jornada e incluso en el momento de desconexión no logramos quitárnoslas de encima. Como consecuencia, nuestro cerebro se mantiene activo y funcionando a gran velocidad, de modo que dormir supone un verdadero desafío. 

También influye el tipo de vida que llevemos y nuestras rutinas. La respiración, la condición física o la digestión, marcan también el devenir de nuestro sueño. Por ejemplo, las personas fumadoras respiran peor que los deportistas y es habitual que les cueste dormir.  Del mismo modo que cuando realizamos cenas pesadas, el llevar dietas saludables nos hará sentir más ligeros y despejados al final del día.



 

Falsos mitos sobre el sueño

Al ser este un problema tan extendido, son muchos los remedios caseros y acciones a las que se les otorga unos beneficios que en realidad no tienen o que incluso perjudican.

Uno de ellos es la ingesta de alcohol. Existe la falsa creencia que, gracias a este tipo de bebidas, logramos dormir más rápidamente.  Es cierto que su consumo genera sensación de somnolencia, gracias a la intoxicación que produce en nuestro organismo, es decir, cuando nos emborrachamos. Pero lo cierto es que es solo una sensación, ya que, por lo general, hace que el sueño no sea reparador y que nos cueste conciliar.  El sueño provocado por una noche de fiesta tiene más que ver con el cansancio acumulado que por el consumo de bebidas alcohólicas.

Otros consejos como ver la televisión o “contar ovejas” tampoco ayudan. En el primer caso, una luz brillante y potente evitará que durmamos con facilidad, además de lo perjudicial que es recibir ondas electromagnéticas para descansar bien. Respecto a lo que nos contaban nuestras abuelas, tener la mente despierta pensando, imaginando o contando ovejas, solo nos mantendrá activos.

 

 

Cosas que funcionan para dormir

Ahora vamos con los aspectos testados de manera científica. El primero es el de crear una rutina que repitamos en las horas finales del día y con la que digamos a nuestra mente que llega la hora de ir a dormir.  Podemos, por ejemplo, poner las luces a media intensidad para acostumbrar los ojos, practicar un poco de yoga para calmar la respiración, meditar en el colchón o leer algo que nos bloquee los pensamientos. Todo por supuesto, manteniendo una regularidad en las horas donde empecemos la desconexión.

También hay que evitar el uso de aparatos electrónicos, ya que nos hacen forzar la vista.  Móviles, ordenadores, tablets y televisiones tienen que ser apartados al menos dos horas antes de irnos a la cama.

Llevar una vida sana es fundamental, pero también hay que tener cuidado con esto. Si practicamos deporte muy cerca de las últimas horas del día, será una tarea muy complicada la de relajarnos en un corto período de tiempo. Es mejor no hacer ejercicio más allá de las ocho de la tarde, si queremos ir a dormir antes de las once, por ejemplo.

Y, por último, aunque la cultura de la siesta está muy extendida, tenemos que entender que es tiempo de sueño y que, si cada día dormimos una hora extra después de comer, por la noche será más difícil descansar porque ya lo habremos hecho antes. Dejemos esta práctica para el fin de semana o hagamos siestas breves, de no más de veinte minutos.



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